El Aroma es la memoria del Alma
8/5/20256 min read


Hay aromas que nos transportan sin previo aviso. Un perfume que nos recuerda a alguien. El olor de la tierra mojada que nos lleva a la infancia. La lavanda que nos abraza como lo hacía una abuela. No lo vemos venir, pero lo sentimos con intensidad. Porque el aroma no solo vive en el aire. Vive en la memoria. Vive en el alma.
Este poder sutil y profundo es el que convierte a los aromas en algo más que un producto de bienestar. Son llaves invisibles que abren emociones, recuerdos, sensaciones. Son herramientas naturales que nos ayudan a sanar, a reconectar y a estar más presentes.
Nuestro sentido del olfato está directamente conectado al sistema límbico, la parte del cerebro que gestiona las emociones y la memoria. El bulbo olfatorio es el encargado de reconocer los aromas, procesar la información olfativa en el cerebro y enviar todas sus señales a otras partes del cerebro como la corteza y el hipocampo.
Esto genera conexiones entre los aromas y los momentos, por esta razón, un aroma puede desencadenar recuerdos o cambiar nuestro estado de ánimo en cuestión de segundos.
El sistema límbico constantemente actúa en respuesta a diferentes estímulos, uno de estos estímulos es la información sensorial, muchas de las partes de nuestro cerebro están adaptadas para recibir señales olfativas, esta es una de las maneras en las que actúan los aromas en nuestro cuerpo.
Aromas que llegan al Corazón… y a nuestro cerebro
Extracción de aromas como medicina para nuestro cerebro.
Gracias al elemento “Aire”, el aroma se percibe en el ambiente. Plantas, flores, frutos y demás olores se hacen presentes. La perfección de la naturaleza hace posible que todo se complemente y se una, de esta manera la interacción de los elementos que conocemos (Aire, Agua, tierra, fuego) y el más importante “Éter”; dan vida a un mágico proceso alquímico que permite extraer y conservar los aromas de la naturaleza, para que de forma natural sean usados para beneficio nuestro.
La naturaleza nos brinda herramientas naturales que nos invitan a pausar, respirar y reconectar. Este proceso alquímico de extracción, lo conocemos en la actualidad como “Extracción de Aceites esenciales”. Volver a lo esencial es también volver a lo humano. A lo que podemos compartir, enseñar y aprender entre nosotros.
En este blog nos encaminamos a explorar cómo estos extractos naturales pueden formar parte de nuestro día a día, de una manera sencilla, consciente y en armonía con el ritmo de la vida. Porque cuidar de uno mismo también es una forma de cuidar de quienes nos rodean.
Entonces, ¿qué son los aceites esenciales?
Son compuestos altamente concentrados que se extraen de distintas partes de las plantas: flores, hojas, raíces, cortezas o frutos. Cada aceite guarda las propiedades terapéuticas de su planta de origen, lo que los convierte en aliados naturales para el cuidado personal y el equilibrio emocional.
Sus usos van desde la aromaterapia hasta el cuidado de la piel, el alivio del estrés y el apoyo al sistema inmunológico. Son versátiles, naturales, antibióticos, antisépticos, regeneradores celulares, inmunoestimuladores, antivíricos, antiinflamatorios, estimuladores de la circulación sanguínea y linfática, relajantes y depurativos.
¿Cómo sucede la Alquimia?
El proceso de extracción de aceites esenciales combina ciencia, arte y tradición. Cada gota representa la esencia pura de la planta, capturada mediante técnicas cuidadosas que respetan sus propiedades naturales. Detrás de cada resultado obtenido hay un complejo y maravilloso proceso natural.
Existen varias técnicas para extraer aceites esenciales, y cada una se selecciona según el tipo de planta, la parte de la que se extrae el aceite y el uso que se le dará. Se debe tener en cuenta que del trato adecuado a la planta dependen los resultados, es importante conocer cada planta y sus propiedades para elegir el mejor método de extracción sin alterar sus propiedades, aquí la clave es la delicadeza, la conciencia, la precisión y el cuidado.
Algunos de los métodos más comunes:
1. Destilación por arrastre de vapor
4. Extracción con CO2 supercrítico


Derivados de los aceites esenciales.
Hay algunas formas caseras de extraer las propiedades de las plantas, la más conocida de todas es el agua florida.
Las aguas floridas son un subproducto valioso y aromático, que se logra durante el proceso de destilación al vapor, en el que además del aceite esencial, también se obtiene este producto secundario .
Las aguas floridas son el agua residual del proceso de destilación que contiene pequeñas cantidades de aceites esenciales junto con otros compuestos solubles en agua.
Su uso va desde tónicos faciales suaves para pieles sensibles, aguas refrescantes para el cuerpo o el ambiente, hasta limpieza energética y rituales espirituales
Con esto vemos que no es tan complejo empezar a disfrutar de los beneficios de las plantas. Cada gota extraída contiene la esencia pura de la planta, su alma vegetal, cargada de compuestos activos que interactúan con nuestro cuerpo físico, emocional y energético.
Aromas que Sanan: Cuerpo, Mente y Alma
Hablemos un poco de los beneficios…
Los aceites esenciales no son solo aromas reconfortantes; son verdaderas herramientas naturales de bienestar que han acompañado al ser humano desde tiempos ancestrales. Extraídos de las plantas más puras del planeta, estos concentrados aromáticos tienen el poder de transformar nuestros estados de ánimo, aliviar dolencias físicas y elevar nuestra energía.
Uno de los beneficios más inmediatos de los aceites esenciales es su impacto en nuestras emociones: “Se sienten como un abrazo al alma”.
Reducen el estrés y la ansiedad (lavanda, naranja dulce, incienso).
Mejoran el estado de ánimo y aumentan la energía (menta, limón, bergamota).
Favorecen la concentración y la claridad mental (romero, eucalipto, albahaca).
Estimulan el descanso y el sueño reparador (lavanda, manzanilla, vetiver).
Sana que sana, colita de rana…
Los aceites esenciales no solo actúan a nivel sensorial, también tienen propiedades terapéuticas que pueden aliviar diversas molestias físicas gracias a sus propiedades antiinflamatorias y analgesicas. La aplicación tópica de estos, permiten que viajen por torrente sanguíneo y actúan de acuerdo a sus propiedades
Dolores musculares y articulares: aceite de eucalipto, gaulteria o jengibre.
Problemas respiratorios: Menta, eucalipto o árbol del té.
Cuidado de la piel (acné, irritaciones o manchas): Lavanda, cacay, árbol del té, rosa mosqueta.
Apoyo al sistema inmunológico: Orégano, tomillo y ravintsara.
Una herramienta para conectar
En muchas culturas, los aceites esenciales son usados en rituales, meditaciones y prácticas de sanación. Sus aromas permiten la reconexión y hacen un llamado a la presencia.
Limpieza De espacios: Palo santo, mirra, salvia.
Meditación y conexión interior incienso, sándalo, cedro, rosa.
Rituales de apertura de corazón o gratitud: menta, geranio, jazmín, lavanda.


Uso responsable
Aunque los aceites esenciales son naturales, no todos los usos son seguros para todas las personas. Por eso es importante usarlos de manera responsable:
No los apliques directamente sobre la piel sin diluir en un aceite portador, los aceites tópicos tienen una preparación adecuada. De no ser así pueden ser altamente tóxicos.
Evita el contacto con ojos y mucosas.
No ingerir, a menos que sean derivados aptos para la ingesta.
Usa siempre aceites esenciales de calidad, preferiblemente de grado terapéutico.
Evita sus mezclas con petrolatos como solventes.
Reconecta con la sabiduría de las plantas
Los aceites esenciales son una manera de volver a la raíz, a lo simple, a lo auténtico. Nos enseñan que la naturaleza tiene todo lo que necesitamos para sanar, equilibrar y florecer.Incluirlos en tu vida es regalarte un momento de cuidado, una pausa consciente Y volver por medio de los sentidos a conectar con el alma.
Inhala, retén el aire, calma pensamientos, suaviza el corazón.
Exhala lentamente y en cada exhalación permite que con cada respiro, vuelvas a ti.

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