¿Principiante en meditación? 7 pasos para empezar sin frustraciones
8/8/20253 min read


La meditación es una práctica milenaria con raíces en tradiciones como el budismo, el hinduismo y el taoísmo. Sin embargo, en la actualidad ha trascendido las religiones y se ha convertido en una herramienta poderosa para reducir el estrés, mejorar la concentración y aumentar el bienestar general. Numerosos estudios han demostrado que la meditación puede reducir la ansiedad, mejorar la calidad del sueño y fortalecer la conexión con uno mismo.
Si eres nuevo en la meditación, es posible que hayas escuchado que se trata de "poner la mente en blanco". Esta es una de las ideas erróneas más comunes. En realidad, la meditación no se trata de bloquear pensamientos, sino de observarlos sin apegarse a ellos. No hay que luchar contra la mente ni frustrarse porque aparecen pensamientos. En lugar de eso, el objetivo es entrenar la atención para permanecer en el momento presente.
Llevo más de 10 años practicando meditación, y te puedo decir que es un proceso. No todos los días son iguales: algunos días la mente se calma con facilidad, mientras que otros parece estar más inquieta. Lo importante es aprender a escuchar lo que nuestra mente y cuerpo necesitan en cada sesión. Si estás listo para empezar, aquí te comparto 7 pasos que te ayudarán a iniciar sin frustraciones.
1. Encuentra un lugar tranquilo
No necesitas un espacio especial ni una habitación dedicada a la meditación, pero sí es importante encontrar un sitio donde puedas estar en paz sin interrupciones. Puede ser un rincón de tu casa, un parque o incluso tu auto (si estás estacionado y en un momento de pausa). Cuanto más cómodo te sientas en el lugar, más fácil será concentrarte.
2. Adopta una postura cómoda
La imagen tradicional de la meditación nos muestra a personas sentadas en posición de loto, pero esto no es obligatorio. Puedes meditar sentado en una silla con los pies apoyados en el suelo, acostado (aunque hay riesgo de quedarte dormido) o incluso de pie si eso te resulta cómodo. Lo importante es mantener la espalda recta y relajada para facilitar la respiración.
3. Empieza con la respiración consciente
Una de las técnicas más sencillas para empezar a meditar es enfocarse en la respiración. No hay que modificarla, solo observarla. Siente el aire entrando y saliendo por tu nariz, nota cómo se expande tu abdomen y luego se contrae. Cuando tu mente divague, simplemente vuelve a enfocarte en la respiración sin juzgarte. Este es el principio de la atención plena o mindfulness.


4. Prueba la meditación guiada
Si al principio te resulta difícil meditar en silencio, puedes probar con una meditación guiada. Existen muchas aplicaciones y videos en línea con meditaciones dirigidas por expertos que te ayudarán a mantener la atención y comprender mejor el proceso. Es una excelente forma de adquirir el hábito sin sentirte perdido.
5. Usa un anclaje sensorial
Un anclaje es un punto de enfoque para mantener la atención. Además de la respiración, puedes usar un mantra (una palabra o frase repetida), un sonido como el tic-tac del reloj o una vela encendida para fijar la mirada. Estas herramientas ayudan a reducir la dispersión de la mente.


6. No te frustres por los pensamientos
Los pensamientos siempre van a aparecer. La clave no está en eliminarlos, sino en aprender a observarlos sin engancharse en ellos. Imagina que son como nubes en el cielo: vienen y van sin que tengas que hacer nada al respecto. Si te das cuenta de que te distrajiste, simplemente regresa a tu punto de atención sin juzgarte.
7. Establece una rutina
Como cualquier hábito, la meditación requiere consistencia. No necesitas empezar con sesiones largas; incluso 5 minutos al día pueden marcar una diferencia. Con el tiempo, puedes aumentar el tiempo según cómo te sientas. Lo más importante es la regularidad, no la duración.
Te dejo una reflexión final
La meditación es un camino de autoconocimiento y calma, pero no es una competencia ni algo que se "domine" de la noche a la mañana. Cada persona tiene su propio proceso y cada día es diferente. Algunas sesiones te sentirás en paz, otras te costará concentrarte, y está bien. Lo importante es mantener la práctica sin presiones y con amabilidad hacia ti mismo.

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