Suplementos alimenticios: entre el marketing y la evidencia científica

8/12/20254 min read

En la actualidad, los suplementos alimenticios han adquirido una presencia dominante en el discurso del bienestar y la salud. Desde multivitamínicos hasta superalimentos en cápsulas como la cúrcuma, remolacha o el jengibre, son promovidos como soluciones rápidas y eficaces para mejorar la salud, prevenir enfermedades y potenciar el rendimiento físico y mental. Sin embargo, más allá del marketing, ¿cuál es la realidad científica que respalda su uso? ¿Son todos necesarios? ¿Existen suplementos realmente efectivos?

Como profesionales o simplemente como personas interesadas en nuestro bienestar, es fácil sentirse abrumados por la cantidad de información y opiniones contradictorias que circulan en medios de comunicación, redes sociales y hasta en conversaciones cotidianas. Un día, la vitamina C es esencial; al siguiente, innecesaria. Lo que hoy es un "superalimento", mañana puede ser tachado de ineficaz. Esta sobreexposición y falta de consenso puede generar frustración y confusión. Por eso, es fundamental promover una mirada crítica, compasiva y guiada por evidencia, que le devuelva a cada persona la tranquilidad de tomar decisiones informadas, sin culpa ni presión.

La industria de los suplementos representa un mercado de más de 150 mil millones de dólares globalmente, según datos de Grand View Research (2022), y se espera que continúe creciendo a una tasa compuesta anual del 8.9% hasta 2030. Sin embargo, gran parte del consumo se basa en percepciones más que en necesidades reales. La evidencia científica sobre su eficacia es heterogénea: algunos suplementos tienen respaldo sólido, mientras que otros presentan beneficios marginales o dudosos.

La ciencia detrás de los suplementos: un panorama matizado

1. Suplementos con evidencia robusta:

  • Vitamina D: Fundamental para la salud ósea e inmunitaria. Estudios como el metaanálisis de Martineau et al. (BMJ, 2017) encontraron que la suplementación con vitamina D reduce el riesgo de infecciones respiratorias, especialmente en personas con deficiencia.

  • Omega-3 (EPA/DHA): Varios estudios, como el REDUCE-IT (NEJM, 2019), han mostrado beneficios cardiovasculares en poblaciones de alto riesgo al suplementar con ácidos grasos omega-3 purificados.

  • Vitamina B12: Es esencial para personas con dietas veganas o con problemas de absorción. La deficiencia puede generar anemia y problemas neurológicos.

2. Suplementos con evidencia mixta o limitada:

  • Multivitamínicos: Aunque ampliamente consumidos, los estudios como el Physicians' Health Study II (JAMA, 2012) muestran beneficios limitados en prevención de enfermedades crónicas.

  • Antioxidantes como vitamina E o betacarotenos: El uso excesivo podría incluso tener efectos adversos, como se vio en el metaanálisis de Bjelakovic et al. (JAMA, 2007), que asocia altas dosis con mayor mortalidad.

  • Cúrcuma, jengibre, remolacha: Aunque hay estudios preliminares que sugieren propiedades antiinflamatorias y antioxidantes, la biodisponibilidad y la calidad de los ensayos es variable. Se necesitan más estudios clínicos robustos y estandarizados para emitir recomendaciones claras.

La calidad y composición de todos los suplementos no son iguales

Otro aspecto fundamental que a menudo pasa desapercibido es que no todos los suplementos en el mercado tienen la misma calidad, ni contienen las mismas concentraciones o formas químicas de los compuestos activos. Dos cápsulas que dicen tener "500 mg de cúrcuma" pueden diferir drásticamente en su absorción y efecto en el cuerpo, dependiendo de la presencia de aditivos como la piperina (que mejora su biodisponibilidad) o del tipo de extracto utilizado.

Además, el etiquetado puede ser confuso o incompleto, y algunos productos pueden contener ingredientes adicionales no declarados o incluso contaminantes. Por eso, es esencial ir más allá del empaque atractivo o las promesas publicitarias y entender qué se está consumiendo realmente. Optar por marcas confiables, revisar certificados de análisis, y consultar con un profesional puede marcar la diferencia entre un suplemento efectivo y uno inútil o incluso riesgoso.

La individualización es clave en el uso racional de suplementos

Una de las críticas principales al consumo masivo de suplementos es su falta de personalización. No todas las personas requieren los mismos nutrientes, y suplementar sin evidencia de deficiencia puede ser innecesario o incluso riesgoso. Las condiciones de salud, edad, género, estilo de vida, uso de medicamentos y dieta influyen directamente en las necesidades nutricionales.

Profesionales capacitados para abordar este tema:

  • Médicos con formación en medicina interna o medicina funcional.

  • Nutricionistas y dietistas registrados.

  • Farmacéuticos especializados en nutrición clínica.

  • Endocrinólogos o gastroenterólogos (cuando hay condiciones que afectan absorción o metabolismo).

Una evaluación adecuada puede incluir análisis de sangre, evaluaciones dietarias y la historia clínica completa del paciente. Esto permite determinar qué suplementos, en qué dosis y durante cuánto tiempo podrían ser realmente beneficiosos.

Ni milagro ni villano

Los suplementos alimenticios no son soluciones milagrosas, pero tampoco deben ser demonizados. Pueden ser aliados valiosos en contextos clínicos específicos y para cubrir deficiencias reales. Lo esencial es abordarlos desde una perspectiva informada, individualizada y basada en evidencia.

Antes de comprar el último producto de moda influenciado por una celebridad o tendencia de redes sociales, es fundamental preguntarse: ¿Realmente lo necesito? Y sobre todo, consultar con profesionales calificados que puedan orientar el uso racional de estos productos. En salud, la información rigurosa siempre será el mejor suplemento.